Tempus fugit

 

19.34 – qué día tan horrible. Estoy agotada. Y solo es martes. Si pudiera, lo mandaba todo a la mierda ahora mismo. Igual es que necesito descansar un poco más. Hoy me voy a dormir pronto y mañana lo veré todo de otro color.

20.16 – lo mejor será que cene algo rápido y me vaya directa a la cama. A ver. Una tortilla francesa y un poco de pan con tomate. Una manzana de postre.

21.37 – no me lo puedo creer: “La alarma sonará en 9 horas y 39 minutos”. Qué fuerte. Creo que hace años que no duermo tanto entre semana. Por fin. Voy a contestar whatsapps en un segundo. Twitter, Instagram, Facebook.

22.54 – ostras. Son casi las once. Cómo vuela el tiempo con el móvil, joder. Bueno, todavía dormiré ocho horas y pico.

01.28 – bfff si estaba muerta. Tengo pipí. Tampoco tanto. Si voy, me despejaré y ya no habrá manera. Ay, sí que tengo; así no puedo dormirme. Voy. Tengo la boca seca. Pero si bebo agua ahora luego volveré a tener pipí y quiero dormir bien. Mierda, se me ha pasado felicitar a Eduardo. Tenía que haberlo hecho cuando me ha salido en Facebook. Qué desastre. Y he de contestar a Raquel para tomar un café, que me escribió ayer y no le he dicho nada. Uf, y la cena de promoción del colegio. No he confirmado. Me da un poco de pereza, aunque una vez allí siempre me hacen ilusión los reencuentros. También es que gastarse treinta euros para cuatro canapés que ponen escuece un poco. En fin, es lo que toca. Y tengo que llamar sin falta a Movistar, no sé que me han hecho con la factura de este mes. Tal vez debería cambiarme de compañía. Lo miraré con calma.

03.39 – voy a llorar. Me caía de sueño. A ver. Pon la mente en blanco. Relájate. No pienses en nada. Me ruge el estómago. Claro, si he cenado ligero y prontísimo. Estúpida. Tampoco es para tanto, de esto no vas a morir. Aguanta. Bueno, tomaré un yogur para engañar el hambre.

04.17 – Igual si me pongo a leer… No, que me engancharé y será peor. ¡Avemarías! El truco de la abuela. Dice que a ella siempre le funciona. Ostras, aún tengo que imprimir las fotos que me pidió. Pobrecita, qué bajón ha pegado en los últimos meses. Inevitable, supongo. La vida no pasa en balde. Y siempre la sensación de no estar aprovechándola al máximo. Quiero pensar que llega el momento en que le pillas el punto, en que te cunden los días y estás con quien quieres y haces lo que te gusta y disfrutas con lo que haces. Boh, estamos tan colapsados de frases bonitas impresas en tipografías originales que me vienen a la cabeza sin querer. En fin. Bien mirado tienen todo el sentido del mundo. El tema está en no perder de vista que en esa felicidad también caben los problemas, los enfados, los días grises. Vaya, que hay que aprender a encontrar en las dificultades, oportunidades de crecimiento. A ver si la semana que viene me pongo con el running, que tanto correr para comprar unas zapatillas buenas y siguen en la caja. No tengo remedio. Y qué caos de habitación, siempre igual. Me he de esforzar más por ser ordenada. Igual así me cundiría más el tiempo. Cómo echo de menos las vacaciones. Ojalá hacer chis y estar tumbada en la playa. Qué divertido ha sido este verano. Las fotos son increíbles, realmente el sol sienta bien a cualquiera. Fue un puntazo lo de alquilar el coche. Jo, y qué chula la excursión a la montañita esa que parecía que iba a ser fácil…

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07.17 – pi-pi-pi-pip pi-pi-pi-pip. No. No puede ser. Quiero morir. Cinco minutitos más…

08.02 – JODER.

 

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